MUNDOSALUD.COM - Miércoles, 16 de Marzo de 2005

Un estudio desmiente el efecto protector de los suplementos de vitamina E

MARÍA VALERIO

Los suplementos vitamínicos empiezan a perder en los ensayos clínicos muchos de los pretendidos beneficios que se les venían atribuyendo desde la década de los noventa. El último varapalo puede leerse en la revista 'Journal of the American Medical Association', donde un grupo de científicos canadienses desmiente su capacidad para reducir la incidencia de cáncer o eventos cardiovasculares.

Durante más de siete años, casi 4.000 pacientes de 174 centros hospitalarios participaron en el llamado estudio HOPE-TOO, continuación de una primera versión más breve que se había llevado a cabo entre 1993 y 1999 (el Heart Outcomes Prevention Evaluation, o HOPE).

Una parte de ellos recibió diariamente un suplemento de 400 unidades internacionales (UI) de vitamina E de origen natural, mientras el resto únicamente tomaba píldoras de placebo.

Habitualmente se consumen a través de las dieta unas 10 UI (medida habitual para esta sustancia) de vitamina E al día; mientras que dos tercios de los comprimidos de suplementos de esta sustancia pueden llegar a contener entre 400 y 800.

Pese a que hasta hace poco se pensaba que sus propiedades antioxidantes podían proteger de alguna manera, en esta investigación los suplementos no lograron reducir ni la incidencia de tumores ni tampoco las muertes por cáncer o el riesgo de padecer ciertos accidentes cardiacos.

En ciertos casos, además, la vitamina E adicional se asoció con un inesperado aumento de los fallos cardiacos, aunque los propios autores reconocen que este aspecto deberá ser reexaminado en el futuro antes de poder establecer ninguna conclusión firme. De la misma manera, admiten que se observó una reducción de casos de cáncer de pulmón entre los consumidores de vitamina E, aunque esta tasa no alcanzó importancia estadística y deberá ser evaluada de nuevo.

Como destacan en sus conclusiones los autores, dirigidos por Eva Lonn, de la Universidad McMaster, en Ontario (Canadá), no sólo se demuestra que este tipo de suplementos no debe emplearse en pacientes con enfermedades vasculares o diabetes, sino que vuelven a poner de manfiesto un mensaje claro: natural no significa necesariamente inocuo.

"Hay una tendencia generalizada a aceptar que estos productos son seguros, incluso aunque no hayan demostrado su eficacia. Sin embargo, estas conclusiones enfatizan la necesidad de evaluar rigurosamente todos los suplementos vitamínicos, productos naturales y terapias alternativas en estudios rigurosamente diseñados antes de que puedan usarse de forma generalizada para obtener presuntos beneficios médicos", señalan.

Como apostillan en un editorial que publica la misma revista Greg Brown y John Crowley, de la Universidad de Washington (EE UU), "HOPE-TOO pone de manifiesto la necesidad de llevar a cabo ensayos controlados que demuestren las hipótesis previamente derivadas de estudios biológicos u observaciones epidemiológicas"

En el caso concreto de los suplementos de vitamina E, los editorialistas les auguran un futuro mucho más modesto del que se presumía hace apenas una década, "confinados solamente a trastornos específicos", mientras que las intervenciones preventivas y terapéuticas basadas en sus propiedades antioxidantes deberán ser replanteadas.

Por último añaden que este tipo de resultados pueden servir para educar a los pacientes y los médicos puedan responderles cuando les pregunten por los beneficios de los suplementos vitamínicos: "Puede que haya oído en algún sitio que la vitamina E es un modo natural y efectivo de prevenir el cáncer o las patologías cardiacas", indican, "pero se ha demostrado que es una falsa esperanza".


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